Barco de guerra egipcio de la época de Ramsés III, probablemente muy similar a los que combatieron y vencieron a los Pueblos del Mar.
Los barcos de Ramsés III han sido considerados por los expertos como los antecesores de las galeras mediterráneas, un concepto de embarcación que perduró cerca de 29 siglos. Las naves que se enfrentaron a los Pueblos del Mar no tenían todavía quilla ni cuadernas (la quilla no llegó a desarrollarse nunca en las embarcaciones egipcias), pero el engorroso sistema del cabo longitudinal con tortor había desaparecido, ya que el casco estaba debidamente reforzado con el corredor de crujía que unía los saltillos de proa y de popa (incipientes estructuras de los actuales castillos). A popa se colocaba el timonel, que manejaba una única espadilla. A proa aparece por vez primera un ornamento como antecesor de los poderosos espolones de las futuras galeras: una cabeza humana dentro de las fauces de un león, creada con la intención de amedrentar al enemigo. El palo era de una sola pieza, y aparece también por vez primera una cofa en lo alto, debidamente protegida para albergar a un arquero. La vela cuadra era de dimensiones similares a las de los barcos de la reina Hatsheptsut pero sin la verga inferior. Por lo general, estas embarcaciones disponían de 12 remos por banda y la tripulación estaba entrenada para todo tipo de trabajos. En pocos minutos eran capaces de recoger la vela mediante un dispositivo que aparece también por primera vez en la historia: los brioles, cabos que permitían tirar del tejido de la vela para reducir su superficie y así no tener que arriar la verga. Esta velocidad de maniobra les permitía pasar con gran rapidez de la posición de navegación (a vela), a la de combate (a remo), lo que les otorgaba una gran superioridad táctica en la batalla.
La primera descripción que se conoce de este tipo de embarcaciones egipcias la dio Herodoto en el siglo V a.C. en un pasaje de sus libros de historia, donde describe su construcción. Sus explicaciones no se comprendieron bien hasta 1893, cuando se descubrieron en Dahasure, junto a la pirámide del faraón Sesostris III (1878-1842 a.C.), dos barcos de la XII dinastía. Entonces se pudo estudiar lo que se denominó sistema de construcción "empezando por el forro"; esta técnica se utiliza aún hoy en día en los modernos barcos fluviales egipcios, las feluccas, con las lógicas adaptaciones a los materiales contemporáneos. La construcción empezando por el forro se iniciaba construyendo primero el maderamen (el forro) y disponiendo luego las cuadernas. Sin embargo, la idea de construir un forro robusto con las tablas unidas entre sí y las cuadernas colocadas con posterioridad sigue siendo una práctica habitual en Arabia y en el subcontinente indio, así como en el sudeste asiático y en China. La construcción vikinga en tingladillo emplea el mismo sistema de empezar por el forro, pero pertenece a una tradición distinta.
Características aproximadas
Eslora: 32 m
Eslora de flotación: 21 m
Manga: 6 m
Calado: 1,3 m
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