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martes, 14 de diciembre de 2010

Los estrobos de vigota del Trinquete, del Mayor y del Mesana

Para preparar los estrobos de vigota, cortamos con los alicates quince trozos de 20 mm de longitud del hilo de latón de 0,5 mm de diámetro.
Coloca alrededor de la guía que rodea una vigota de 5 mm un trozo de hilo de latón de los que cortamos en el paso anterior. Con unos alicates de punta plana, cruzamos los dos extremos del hilo y lo torcemos hasta darle tres vueltas.

Con unos alicates, cortamos el extremo del hilo más corto y enderezamos el otro. Es muy importante que los orificios que tiene la vigota queden orientados como muestra la fotografía.

Insertamos el extremo del estrobo por el primer orificio de la mesa de guarnición de proa. El hilo debe atravesar la mesa y la vigota debe hacer tope en ella.
Para elaborar los cadenotes que fijarán las vigotas al casco, utilizaremos una cadena de 1,5 mm. Ajustamos la longitud del extremo del estrobo y lo doblamos como muestra la fotografía. Después, insertamos el extremo del estrobo por el interior del primer eslabón de la cadena.
Doblamos con unos alicates de punta plana el extremo del estrobo, de forma que sujete el eslabón de la cadena.
En esta fotografía podemos apreciar la forma en que el estrobo sujeta la cadena.
Cortamos la cadena de manera que su longitud no sobrepase la parte inferior del cintón que muestra la fotografía. Después, con un taladro y una broca de 1 mm de diámetro, practicamos un orificio en el cintón que coincida con el último eslabón de la cadena.
Insertamos una punta por el interior del último eslabón de la cadena y, con la ayuda de un martillo, la clavamos hasta que haga tope. La punta debe fijar la cadena al cintón.

Continuamos poniendo vigotas y cadenotes, así como muestra la fotografía es como quedará la mesa de guarnición del trinquete con todas las vigotas y cadenotes puestos y pintados de negro, recuerda que haremos la misma operación en el otro lateral del casco.
Estas dos fotografía nos muestran como quedaran las mesas de guarnición del Mayor y del Mesana con todas las vigotas y cadenotes colocadas y pintadas de negro, recuerda que haremos las mismas operaciones en el otro lateral del casco.


Este será el aspecto del barco con todas las vigotas y cadenotes colocados, guardaremos los materiales sobrantes para su utilización en fases de montajes posteriores.

lunes, 13 de diciembre de 2010

La génesis de la galera mediterránea

Barco de guerra egipcio de la época de Ramsés III, probablemente muy similar a los que combatieron y vencieron a los Pueblos del Mar.
Los barcos de Ramsés III han sido considerados por los expertos como los antecesores de las galeras mediterráneas, un concepto de embarcación que perduró cerca de 29 siglos. Las naves que se enfrentaron a los Pueblos del Mar no tenían todavía quilla ni cuadernas (la quilla no llegó a desarrollarse nunca en las embarcaciones egipcias), pero el engorroso sistema del cabo longitudinal con tortor había desaparecido, ya que el casco estaba debidamente reforzado con el corredor de crujía que unía los saltillos de proa y de popa (incipientes estructuras de los actuales castillos). A popa se colocaba el timonel, que manejaba una única espadilla. A proa aparece por vez primera un ornamento como antecesor de los poderosos espolones de las futuras galeras: una cabeza humana dentro de las fauces de un león, creada con la intención de amedrentar al enemigo. El palo era de una sola pieza, y aparece también por vez primera una cofa en lo alto, debidamente protegida para albergar a un arquero. La vela cuadra era de dimensiones similares a las de los barcos de la reina Hatsheptsut pero sin la verga inferior. Por lo general, estas embarcaciones disponían de 12 remos por banda y la tripulación estaba entrenada para todo tipo de trabajos. En pocos minutos eran capaces de recoger la vela mediante un dispositivo que aparece también por primera vez en la historia: los brioles, cabos que permitían tirar del tejido de la vela para reducir su superficie y así no tener que arriar la verga. Esta velocidad de maniobra les permitía pasar con gran rapidez de la posición de navegación (a vela), a la de combate (a remo), lo que les otorgaba una gran superioridad táctica en la batalla.
La primera descripción que se conoce de este tipo de embarcaciones egipcias la dio Herodoto en el siglo V a.C. en un pasaje de sus libros de historia, donde describe su construcción. Sus explicaciones no se comprendieron bien hasta 1893, cuando se descubrieron en Dahasure, junto a la pirámide del faraón Sesostris III (1878-1842 a.C.), dos barcos de la XII dinastía. Entonces se pudo estudiar lo que se denominó sistema de construcción "empezando por el forro"; esta técnica se utiliza aún hoy en día en los modernos barcos fluviales egipcios, las feluccas, con las lógicas adaptaciones a los materiales contemporáneos. La construcción empezando por el forro se iniciaba construyendo primero el maderamen (el forro) y disponiendo luego las cuadernas. Sin embargo, la idea de construir un forro robusto con las tablas unidas entre sí y las cuadernas colocadas con posterioridad sigue siendo una práctica habitual en Arabia y en el subcontinente indio, así como en el sudeste asiático y en China. La construcción vikinga en tingladillo emplea el mismo sistema de empezar por el forro, pero pertenece a una tradición distinta.

Características aproximadas

Eslora: 32 m
Eslora de flotación: 21 m
Manga: 6 m
Calado: 1,3 m